Llega un momento en las sociedades en crisis, en el que estas no pueden seguir haciendo frente a sus pagos por falta de liquidez. Es entonces cuando los administradores deben saber identificar el momento en que la sociedad entra en estado de insolvencia y, por tanto, puede solicitarse el llamado preconcurso o bien la sociedad debe ser declarada en concurso de acreedores.
En este artículo, vamos a analizar:
- En qué consiste el preconsurso de acreedores
- La finalidad que persigue
- Cuáles son sus ventajas
- Los plazos que lo delimitan.
¿Cuándo es insolvente una sociedad?
La Ley Concursal no define la insolvencia como presupuesto del concurso, pero describe los efectos que produce. Así, dice que “se encuentra en estado de insolvencia el deudor que no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles”.
Por ello, una sociedad es insolvente cuando con la financiación ordinaria y en las condiciones normales de mercado el empresario no puede hacer frente a las obligaciones vencidas, y que, por tanto, pueden ser exigidas judicialmente por los acreedores.
En aquellas situaciones en las que un negocio no consigue salir adelante, es preciso, por tanto, que el administrador adopte sin dilación la solución más justa posible para con todos los que tienen relación con el mismo. Dicha solución, sin necesidad de llegar a la más drástica del concurso de acreedores, puede ser el preconcurso.
¿En qué consiste el preconcurso?
Básicamente, cuando una empresa se ve abocada a un concurso de acreedores es porque económicamente considera que ya no tienen ninguna salida para poder continuar. En estos casos es preferible no seguir generando deudas o ampliar problemas económicos que ya existen y se hace necesario afrontar la situación comunicando el preconcurso de acreedores.
El preconcurso consiste en un instrumento que faculta al deudor para poner en conocimiento del juzgado que se encuentra en la situación de insolvencia a que nos hemos referido y que ha iniciado negociaciones con sus acreedores. Estas negociaciones pueden tener distintos fines.
¿Cuál es la finalidad del preconcurso?
La finalidad que persigue el deudor al solicitar el preconcurso dependerá de las concretas pretensiones que se persigan. Y estas varían en función de la situación y de la existencia de una posibilidad de superación inmediata de la insolvencia.
En términos generales, los administradores inician el preconcurso para dos fines:
- Agotar los últimos cartuchos en orden a alcanzar un acuerdo con los principales acreedores, y por tanto evitar el procedimiento concursal.
- Alcanzar las adhesiones necesarias a una propuesta anticipada de convenio, de tal forma que se agilice la tramitación del futuro e inevitable concurso de acreedores.
¿Cuáles son las ventajas del preconcurso?
Actividad de la empresa
Algunas de las ventajas que pueden predicarse del preconcurso es que al realizar la solicitud, no va a alterarse la actividad de la empresa. Es decir, esta va a seguir trabajando sin limitaciones (salvo el sentido común de no agravar los problemas existentes ni generar otros).
Bienes y derechos imprescindibles para la actividad empresarial
Igualmente, aquellas acciones judiciales que se dirijan contra los bienes y derechos que resulten imprescindibles para la actividad empresarial, quedan en suspenso y no cabe su admisión.
Imagen de la compañía
Por otro lado, la situación de la empresa no se hace pública. De manera que al no verse publicada en el BOE la situación de preconcurso, la imagen de la compañía permanecerá limpia salvo de cara a aquellos acreedores principales y destacados con quienes se llevan a efecto las negociaciones para salir del bache económico.
Plazos ante una situación de insolvencia
Es importante destacar los plazos que deben de tomarse en consideración en una situación de inminente o actual insolvencia.
- El deudor dispone de dos meses desde que tiene conocimiento de su situación de insolvencia para comunicar el inicio de negociaciones.
- Posteriormente, tiene un plazo de tres meses para alcanzar ese acuerdo de refinanciación con sus acreedores o las adhesiones a la propuesta anticipada de convenio.
- Si no se logran tales objetivos, una vez finalizado dicho plazo, dispone de un mes para presentar la solicitud de declaración de concurso.
Por último, reseñar que el mero hecho de no alcanzar acuerdos con los acreedores no supone motivo de responsabilidad para los administradores. No obstante, sí puede generar una eventual calificación culpable del concurso con la consiguiente responsabilidad de los administradores en el supuesto de que:
- No haga un uso efectivo del pazo para entablar las negociaciones
- El instrumento preconcursal ha tenido una finalidad meramente dilatoria del concurso
- Se ha agravado la insolvencia en este periodo
Si tu sociedad se encuentra en estado de insolvencia y quieres comenzar un preconcurso de acreedores, puedes ponerte en contacto con nosotros a través de este formulario y te asesoraremos durante todo el proceso.