El concurso de acreedores es un procedimiento legal que se aplica cuando una empresa o persona física no puede hacer frente a sus obligaciones de pago de manera regular. Este proceso tiene como objetivo encontrar una solución a la insolvencia, ya sea mediante la reestructuración de las deudas o, en casos más extremos, a través de la liquidación de los activos del deudor para hacer frente a sus acreedores.
El concurso de acreedores se presenta cuando la empresa o persona se encuentra en una situación de insolvencia. Esto quiere decir: cuando ya no puede pagar sus deudas de forma continua y a tiempo. Este mecanismo está regulado por la Ley Concursal en España. Puede ser solicitado tanto por el propio deudor como por los acreedores. Además, la ley establece ciertos requisitos y modalidades según el tipo y tamaño de la entidad, como el concurso ordinario, microempresas, el express. Desde CE Consulting te lo explicamos en detalle.
¿En qué consiste un concurso de acreedores?
El concurso de acreedores es un proceso complejo que busca solucionar los problemas financieros de una empresa o persona insolvente de forma ordenada y legal. Antes de llegar a esta instancia, existe la figura del preconcurso de acreedores, que permite al deudor intentar negociar con sus acreedores para evitar el concurso formal. Esta fase previa otorga un margen de tiempo para intentar llegar a acuerdos, protegiendo al deudor de acciones judiciales mientras negocia.
También existe el concurso express, una versión simplificada del concurso de acreedores que se aplica a empresas que no tienen activos suficientes para cubrir los gastos del propio proceso concursal. Este permite una resolución rápida, pero está limitado a casos específicos en los que no se espera la continuidad de la actividad económica.
Y también ha regulado la Ley Concursal, un procedimiento simplificado: el de microempresas (menos de 10 empleados y menos de 2 millones de euros en activos o negocio). Este procedimiento busca agilizar el proceso, reduciendo costes y tiempos.
¿Cuál es el objetivo del concurso de acreedores?
El principal objetivo del concurso de acreedores es evitar la quiebra definitiva del deudor y lograr que los acreedores puedan cobrar, en la medida de lo posible, las deudas que se les deben. El proceso busca:
- Reorganizar las deudas del deudor.
- Mantener la actividad económica de la empresa, si es viable.
- Liquidar los activos de la empresa, si no hay otra solución, para distribuir el valor obtenido entre los acreedores de forma equitativa.
En algunos casos, el concurso puede finalizar con un acuerdo que permita a la empresa continuar operando. En otros, si no se llega a un acuerdo o la viabilidad es nula, puede concluir con la liquidación total de la empresa.
¿Quién puede solicitar un concurso de acreedores?
Cualquier persona física o jurídica que se encuentre en situación de insolvencia puede solicitar un concurso de acreedores. Este proceso puede ser iniciado por:
- El propio deudor: si reconoce que no puede hacer frente a sus deudas de forma regular.
- Los acreedores: si consideran que el deudor es insolvente y no está cumpliendo con sus obligaciones de pago.
¿Cuándo presentarlo?
El concurso de acreedores debe presentarse en cuanto se detecte la insolvencia. Esto puede ser cuando la empresa ya no puede pagar a sus proveedores, empleados o cualquier otra obligación financiera. La ley establece que el deudor tiene un plazo de dos meses desde que reconoce su estado de insolvencia para solicitar el concurso.
¿Cómo se declara un concurso de acreedores?
El proceso comienza con la solicitud de concurso ante el Juzgado de lo Mercantil. En esta solicitud, el deudor o los acreedores deben acreditar que existe una situación de insolvencia actual o inminente.
El juez evaluará la situación y, si considera que se cumplen los requisitos, declarará el concurso de acreedores.
Seguidamente, se nombra a un administrador concursal, que se encargará de supervisar y gestionar el proceso, siendo responsable de la evaluación patrimonial del deudor y de la coordinación con los acreedores.
Fases del concurso de acreedores
El concurso de acreedores se desarrolla en varias fases:
Fase común
Se analiza la situación patrimonial del deudor y se clasifica a los acreedores.
Fase de convenio
Se intenta alcanzar un acuerdo entre el deudor y los acreedores para el pago de las deudas.
Fase de liquidación
Si no se llega a un acuerdo en la fase de convenio o si la empresa no es viable, se procede a la liquidación de sus activos para pagar a los acreedores.
Fase de calificación
Se determina si la insolvencia es fortuita o si ha habido dolo o negligencia en la gestión de la empresa, lo que podría acarrear responsabilidades personales a los administradores.
Para profundizar sobre insolvencia y gestión empresarial en situaciones de crisis
Para aquellos interesados en explorar más sobre insolvencia y gestión empresarial en situaciones de crisis, recomendamos los siguientes artículos:
- Impagos e insolvencia en las empresas: causas y cómo prevenirlo, que ofrece una visión preventiva para evitar llegar a una situación de insolvencia.
- Sociedades inactivas: obligaciones y responsabilidades, útil para empresas que puedan llegar a estar inactivas tras un proceso de reestructuración o liquidación y necesiten conocer sus obligaciones y responsabilidades.
Si necesitas asesoramiento sobre concurso de acreedores o cuestiones relacionadas con insolvencia y gestión empresarial no dudes en contactarnos.